fbpx
Enfrentando el impacto del COVID-19

Dirigirme a ustedes hoy, me permite hacer una reflexión sobre los efectos de la pandemia provocada por el Covid-19, los cuales pusieron a prueba a organizaciones como United Way Guatemala, así como a los sistemas más robustos del mundo.

El año quedará como uno de los más difíciles en la historia de la humanidad. Para los guatemaltecos, el 2020 quedará registrado como un año lleno de angustia y dolor. Este espacio me permite compartir con ustedes, que para United Way Guatemala también fue un año de grandes desafíos, en el que, más que nunca, nos vimos obligados a organizarnos de manera diferente para estar constantemente al servicio de comunidades, familias, niños y niñas a quienes la pandemia afectó profundamente.

La estrategia de reacción la construimos fundamentada en 4 fases -responder, recuperar, reimaginar y reconstuir-. Estas fases marcaron una ruta de trabajo ante una pandemia no contemplada en los más sofisticados modelos de atención a desastres.

La fase de responder fue la fase más crítica. Implicó actuar con rapidez, asegurar albergue, alimentación y medicamentos a las comunidades afectadas. Implementamos en 48 horas, a través del programa #ActúaAhora, un programa enfocado en proveer alimentación a familias cuyo sustento diario ya no era posible por la paralización de sus actividades económicas. ¿Por qué alimentos? El hambre es un desafío histórico en muchas áreas del país, ahora recrudecido por la problemática socioeconómica que generó la pandemia. Además, diseñamos procesos eficientes para canalizar donaciones en cuestión de horas, de equipo de protección a personal médico al frente de la batalla contra el Covid-19.

Recuperar consistió en hacer ajustes con urgencia en los proyectos en marcha, identificando la posible continuidad de ciertos componentes de los proyectos sin poner en riesgo a nadie. Escuelas cerradas, las familias aisladas, imposible movilizarse en el país. Nuestra realidad cambió de un día a otro. Sin embargo, nos adaptamos y enfocamos nuestros esfuerzos en escuchar a las comunidades, entendiendo que debíamos adoptar soluciones que la comunidad misma nos planteaba. Solamente escuchando e involucrando a las familias comprendimos las necesidades más latentes y las problemáticas más urgentes.

Recuperar también comprendió un esfuerzo enfocado en la generación de fondos de alivio, la movilización de más actores para llevar las soluciones a la escala necesaria. United Way Guatemala lideró la ejecución de importantes fondos para la región centroamericana y el Caribe.

Implementamos la plataforma para movilizar a más de 50 empresas y entregar cerca de 8 millones de raciones de alimento a nivel nacional, a través de una red de 64 organizaciones sociales certificadas por United Way Guatemala. Unimos al sector privado, a organizaciones del tercer sector y a gobierno bajo un objetivo común.

Eso fue El Amor en Caja, un gesto de amor a gran escala. Nunca, en nuestros 19 años de trabajo en Guatemala, fue tan necesario reimaginar. El panorama no era favorable para reactivar los proyectos tal como los concebimos meses antes. El factor más crítico y nuestra palabra más presente: incertidumbre. Haber escuchado a las comunidades fue lo más valioso.

Imaginamos la articulación de empresas, organizaciones sociales y gobierno y lo hicimos posible. Nos permitimos innovar, ser flexibles y adaptarnos. Encontramos que nuestro faro para navegar en aguas agitadas era la Primera Infancia. En ningún momento perdimos de perspectiva que la agenda de impacto de United Way Guatemala contempla el desarrollo de habilidades en la Primera Infancia de Guatemala y hoy, los niños y niñas necesitan nuevas habilidades.

Viendo hacia atrás, cuando se acercaba el final del año e iniciábamos el trabajo de planificación del año 2021, vislumbramos la última fase de la ruta: reconstruir, quizás la más larga y la que requiere que echemos mano de la experiencia de una red mundial como United Way Internacional, para fortalecer la resiliencia de los individuos y las comunidades. Escuchar e involucrar a las comunidades para la propuesta de soluciones porque es desde ahí donde se construye la resiliencia y por último, evitar pensar en regresar a nuestro modelo tradicional de trabajo. Estamos reconstruyendo, porque cuando todo vuelva a tomar su curso -sea cual fuere el nuevo curso United Way Guatemala permanecerá en las comunidades, contribuyendo a resolver los retos más grandes que enfrenten.

Personalmente, el 2020 me deja con dos estrellas en el cielo y con un corazón agradecido por la vida de mis padres. Unidos se despidieron de la vida, pudiendo decir que cumplieron su misión. Aprendí de mi madre el placer de servir, me enseñó con su ejemplo a ser empática y a amar a las personas, aprendí de ella que cuando se ama, se entrega todo el corazón. Mi padre, fue mi mayor ejemplo de trabajo honesto y comprometido, de responsabilidad y disciplina. De ambos aprendí que se pasa por este mundo para dejar huella y también que se vive con el ejemplo. Hoy observan desde el cielo el fruto de su amor y su esfuerzo. Lo que soy se lo debo a Dios y a ellos. Sirvan estas palabras como tributo a su vida, hoy honro a Dios y a la memoria de mis padres con mi trabajo liderando esta hermosa tarea de servir a la Primera Infancia.

El año de la resiliencia. Así le llaman algunos al 2020. En United Way Guatemala la resiliencia es permanente. Esa habilidad de adaptarnos durante las circunstancias más complejas para una sociedad y salir adelante más fortalecidos. ¡Qué más complejo que ver a un niño sin la posibilidad de un futuro! A nuestros aliados, a los que confían en nosotros, ¡gracias! Son un motor para que cada año lo hagamos mejor. Cierro el año felicitando al staff de United Way Guatemala, por un admirable esfuerzo y compromiso y agradeciendo a la Junta Directiva, por el excepcional trabajo hombro a hombro con el equipo.

Bienvenido 2021, ¡estamos listos!

Posted in: Escritorio del Director