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El voluntariado estratégico: De la teoría a la práctica

Cada salida de campo me marca en el alma a las miles de escuelas en condiciones deplorables que he visitado a lo largo de mi carrera.    Por eso,  al escuchar recientemente en un foro a una persona que dijo que “pintar escuelas” no aporta,  pensé de inmediato en la falta de conocimiento que tenemos de nuestras comunidades…   

El recorrido de United Way en la ejecución de voluntariados,  aunado al conocimiento de  nuestro contexto local,   nos ha forzado a diseñar voluntariados  considerando varias perspectivas.    Con ello,   hemos comprendido que de la teoría a la práctica,  en el mundo del voluntariado, existen inmensas lecciones aprendidas.   Comparto,  entre muchas otras.

Como primer punto,   comprendimos que vivimos en un entorno complejo y plagado de desafíos sociales.   Los voluntariados que se realizan en las comunidades más vulnerables,   pueden enfocarse en prácticamente cualquiera de esos desafíos.    De esa cuenta aprendimos a priorizar.    Y regresando a mi párrafo introductorio,  el voluntariado sigue siendo un vehículo idóneo para mejorar infraestructura educativa,  para todas aquellas empresas que tengan dentro de su estrategia el eje de educación.  Y no es un voluntariado táctico,   es estratégico porque contribuye al Objetivo de Desarrollo Sostenible # 4 – Educación de Calidad.

Segundo,  hemos aprendido que no todas las empresas han diseñado una estrategia de inversión social,  que tengan objetivos de impacto claros y que haya permeado a lo interno de la empresa.    Entonces el punto de partida no es alinear el programa de voluntariado,   el punto de partida es el apoyo metodológico al diseño de la estrategia de inversión social alineada a sus objetivos de negocio.

Tercero,  el voluntariado no se percibe como un mecanismo que contribuye al cumplimiento de los objetivos de impacto.    En el recorrido de más de 17 años,  hemos promulgado apasionadamente, con mucho éxito,  las bondades del voluntariado como estrategia para promover trabajo en equipo,  para generar lealtad y compromiso, lo que aporta al conjunto de esfuerzos que la empresa hace para formar colaboradores más felices.     Son las estrategias de inversión social las que deben alinearse a los objetivos del negocio,   el voluntariado estratégico contribuye a fortalecer estas estrategias.

Tercero,   los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcan una ruta estratégica para el voluntariado.   La ONU reconoce a los voluntarios como verdaderos vehículos para movilizar comunidades y alcanzar las metas.   El mensaje es que los gobiernos solos no lo lograrán.    A pesar de ello,  falta mucha sensibilización y conciencia de cómo estamos contribuyendo y por qué.    Es más,  hemos aprendido a que si la empresa no cuenta con una estrategia de inversión social,  su programa de voluntariado se alinea a los ODS.   Y eso es poderoso.

Por último,  no por ello menos importante,  los voluntariados se realizan mejor cuando se hacen en alianza con organizaciones que ya trabajan con la comunidad.    En estos casos,  los voluntariados son parte de una solución más integral a una problemática en la comunidad.   El voluntariado debe ser parte de una intervención holística y eso lo convierte en un programa inmensamente efectivo.

belia
Posted in: Escritorio del Director