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Guatemala, nos toca pensar en lo que es prioritario

*Por: Belia Meneses*                                                  

Probablemente, uno de los momentos más difíciles para continuar nuestra conversación sobre la Primera Infancia en Guatemala.    No cabe duda.   Más allá de nuestra angustia, asombro, frustración por lo que ocurre en nuestro país, pregunto ¿qué hace un país cuyos indicadores sociales son tan complicados?   ¿qué hace para garantizar los derechos de los niños y para garantizar su protección?  Y ¿qué hace que sea rápido y efectivo?

La inversión social desde la iniciativa privada presenta una tremenda oportunidad para Guatemala, siempre y cuando sea una inversión social estratégica.   ¿Qué significa esto?    Concretamente, buscar un valor compartido entre empresa y comunidad, dejando la faz caritativa o beneficencia para darle un giro de desarrollo social que garantice sustentabilidad de los proyectos.    Apunta a los desafíos más grandes de una comunidad, normalmente medidos en términos de dimensión (cantidad) y riesgos.   Hablar de millones de casos de una problemática, por ejemplo, es un proyecto de inversión social estratégico para un país.

Buscar resultados financieros para una empresa, pero de una forma en que también se tengan beneficios sociales, se conoce como valor compartido (Porter, 2011).    Pensar que una empresa puede operar de manera asilada para lograrlo es inadecuado, pues existen múltiples factores que salen de su control y que la obligan a cooperar con otros sectores.    Esta cooperación y alianzas con otros sectores (fundaciones, gobiernos, individuos, etc.) para alcanzar objetivos comunes se conoce como impacto colectivo (Kania y Kramer, 2011).   Esta es la tendencia que se ve más marcada desde hace un par de años y vendrá con fuerza en los próximos.

Si otros países han logrado organizarse para hacer impacto colectivo, me pregunto ¿por qué Guatemala no?

IMG_8160.jpgUn excelente ejemplo es la alianza Primero lo Primero, en Colombia.    En 2011, las Fundaciones Aeiotu-Carulla, ALAS, Mario Santo Domingo y Pies Descalzos se unen con el interés de sumar esfuerzos para el mejoramiento de vida de la primera infancia.  Posteriormente, se suman organismos internacionales como el BID y en alianza con la Estrategia de Cero a Siempre, se crea la alianza Primero lo Primero.   Este es un modelo de una estrategia público privada que rompe muchos paradigmas.

Así como Primero lo Primero, podemos citar algunos ejemplos más que han resultado en iniciativas que garantizan el bienestar de los niños de un país.     México con el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes;  Chile con el Consejo Nacional de la Infancia;  y  Jamaica, la creación de la Early Childhood Commission (Comisión de la Primera Infancia).

Quien no comprenda que la inversión social desde la iniciativa privada es una oportunidad de cambiar la vida de los niños del país y quien no comprenda los beneficios del impacto colectivo a través de alianzas multisectoriales, está dejando ir una infinidad de acciones que buscan mover la aguja de los indicadores sociales prioritarios para el país.    La evidencia es muy clara.

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